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Rompiendo
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Poniendo en libertad a los Cautivos
Esclavas de las
Hermanas de Magdalena
Dailymail.co.uk/news/article
Original
Este es el artículo completo del
periódico, el Daily Mail
Irlanda
pide perdón con las 10.000 ‘Esclavas de las Hermanas de Magdalena’, en sus
asilos católicos de pobres, que fueron encarceladas y brutalizadas por las Hermanas
·
Se mandó 10.000 jovencitas irlandesas a lavanderías
entre 1922 y 1996
·
Taoiseach (Primer Ministro) Enda Kenny ha expresado
sus simpatías por los supervivientes y sus familias
·
Los supervivientes rechazan las disculpas y exigen reconocimiento
completo del estado y de la iglesia
·
Esto sigue una campaña de 10 años para obtener una
disculpa y sistema de indemnización
Por Keith Gladdis
Publicado:18:13,
el 5 de febrero de 2013. Puesto al
día:13:52, el 6 de febrero de 2013
Se ha
‘robado’ las niñeces de mujeres, encarceladas en asilos de pobres católicos, que
han recibido ayer una disculpa con reservas del gobierno irlandés.
Durante un
período de 70 años, se mandó una cifra estimada de 10.000 mujeres a las
‘lavanderías de Magdalena’ para realizar trabajo manual, sin paga, bajo la
supervisión de hermanas católicas.
Se mandó
allí algunas porque eran las hijas de madres solteras, y otras para delitos de
poca importancia, como la falta de pago de un billete de tren.
Desplázate
hacia abajo para mirar el video.
Esclavizadas:
se mandó una cifra estimada de 10.000 hijas a ‘las Lavanderías
de Magdalena’
para trabajar sin pago durante un período de más de 70 años.
Ira: Se
mandó supervivientes de Magdalena Marina Gambold, a la izquierda, y
Mary Smyth,
a las lavanderías donde se las obligó a trabajar
sin pago. A una conferencia de prensa en el Hotel
Handel, Dublin, ellas
rechazaron
la disculpa del gobierno irlandés.
Exigencias:
las Supervivientes de las instituciones católicas han pedido
reconocimiento
más amplio y franco del gobierno y de las órdenes
religiosas
involucradas
Increíblemente,
la última de las diez lavanderías, que lavaba las vestidos y ropa
blanca para
un grupo principal de hoteles, para las fuerzas armadas irlandesas, y aun el
Cervecero,
Guinness, obraba hasta 1996. Se
estableció las lavanderías en 1922.
El Primer Ministro
irlandés, Enda Kenny, ha pedido perdón por el estigma y las condiciones,
declarando
que ellos resultaban de una Irlanda severa y intransigente.
El Primer
Ministro expresó sus simpatías por las supervivientes y las familias de
las
mujeres que murieron, pero se detuvo antes de llegar a una disculpa formal.
Sus
palabras provocaron el desprecio de unos grupos de víctimas, que insistieron en
que
las
instituciones fueron peores que las cárceles y exigieron declaración más
fuerte.
Esta
acción sigue una investigación de 18 meses por el Senador Martin McAleese, que
descubrió
que el estado mandó una entre cuatro de las mujeres a las lavanderías.
Dijo Sr
Kenny, “A estos residentes que entraron en las lavanderías de Magdalena por
modos
distintos, 26% mandadas por el estado, me siento que estas personas vivieran
en tal
ambiente.
Dolor:
Mary Smyth (a la izquierda), y Maureen Sullivan (a la derecha) están
conmovidas
durante la conferencia de prensa que tuvieron las
Supervivientes
de Magdalena Juntas.
Mary
Smyth, Steve O’Riordan y Maureen Sullivan, miembros del grupo
que rechazaron
la disculpa del Primer Ministro, Enda Kenny.
(Izquierda
a la Derecha) Marina Gambold, Mary Smyth, Steve O’Riordan,
Maureen
Sullivan, y Diane Croghan de las Supervivientes de Magdalena Juntas
tienen a
la mano copias de la investigación gubernamental
Pero
añadió el Primer Ministro que la investigación no dio prueba de abuso sexual en
las
lavanderías,
que sus familias mandaron 10% de los residentes, y que
19%
entraron de libre albedrío.
Las
supervivientes rechazaron rápidamente su disculpa, y exigieron un
reconocimiento
más amplio
y franco del gobierno y de las órdenes religiosas involucradas.
Maureen
Sullivan, 60 años, de las Supervivientes de Magdalena Juntas, y la víctima más
joven
conocida, dijo, “El es el Primer Ministro de la gente irlandesa y esta no es
una
disculpa
apropiada.”
Ella tuvo
12 años cuando se la tomó de su escuela y la puso en la Lavandería de
Magdalena
del Buen Pastor en New Ross, County Wexford, porque murió su
padre y se
casó otra vez su madre.
Señorita
Sullivan dijo que se le dijo que ella conseguiría más con su educación, pero
nunca
jamás vio sus libros de escuela.
Un obrador
del Ayuntamiento echa luz sobre los escombros sobre el suelo del
pasillo en
la Lavandería de Magdalena de las Hermanas de Nuestra
Señora de
Caridad, en Dublin.
Escalofriante:
El interior de la Lavandería de Magdalena de las Hermanas
de Nuestra
Señora de Caridad, Sean McDermott Street, en los barrios céntricos
al norte
de Dublin.
Una
investigación descubrió que las autoridades mandaron 2.124 de las
mujeres
encarceladas en instituciones como la Lavandería de Magdalena
de las
Hermanas de Nuestra Señora de Caridad en Dublin (arriba).
Durante 48
años ella ha dicho que le obsesionaba los recuerdos de una niñez perdida
y del
trabajo de esclavos. Ella exige una
disculpa completa del gobierno
y de las órdenes
religiosas por haber robado su educación, su nombre,
su
identidad, y su vida.
“Creo que no
quieren aún reconocerlo, mientras otras partes de la investigación
declaran
con claridad que estamos diciendo la verdad”, dijo ella.
Durante el
día ella trabajaba en la lavandería, comía el pan y el pringue,
y antes de
acostarse, ella hacía sueteres y rosarios.
“Era trabajo largo, duro y pesado”,
dijo ella.
“Me
recuerdo de que se me escondía en un túnel cuando venían los revisores de
escuela.
Supongo
que no debo de haber trabajado en la lavandería.”
Se mandó una cifra estimada de 10.000 hijas
irlandesas a las lavanderías
para realizar
trabajo manual sin pago y tuvieron que aguantar un régimen
estricta a
las manos de las hermanas católicas que gobernaban las instituciones.
Durante
los fines de semana, ella fue obligada a limpiar los suelos de la iglesia
local en
vez de tener tiempo libre para jugar.
“¿Cómo es
posible que se ha quitado de mí todo esto?“ dijo ella.
‘CARCELES PARA LAS PERSONAS DESAPARECIDAS’
Establecido en el siglo
diecinueve, como refugios para las prostitutas,
las Lavanderías de Magdalena
se hicieron cárceles para las personas
desaparecidas.
Huérfanos, que no tenían
refugio alguno, niñas embarazadas y abandonadas
en un estado moral
represivo, hijas, cuyas padres no tenían bastante dinero
para guardarles, y estas
mujeres que los curas o las personas religiosas
consideraban estar en
‘peligro moral’ porque eran demasiado
hermosas o coquetas.
Se forzó a las mujeres a
entrar en las lavandarías de Magdalena para
un delito tan insignificante
como la falta de pago de un billete de tren,
descubrió la investigación.
La mayoría de las mujeres
que estaban allí habían cometido delitos
de poca importancia, como el
robo o el vagabundeo, en vez del asesinato
u el infanticidio.
Otra
superviviente, Mary Smyth, que tiene también 60 años, dijo que fue obligada
seguir los
pasos de su madre, que era una de las mujeres de Magdalena
cuando estaba
embarazada.
Dijo que
se trataba a ella como a esclava, y se quito a ella su dignidad,
su
identidad, y su vida.
“Se cambió
su nombre, se cortó mi pelo, se quitó todas mis posesiones” dijo ella,
No comí
durante tres semanas. Quiso morir.”
Señorita
Smyth ha describido su tiempo en el Convento del Buen Pastor en
Sunday’s
Well, Cork, como el Infierno y ha revelado que tenía miedo de dar
a luz a
hijos como adulto porque por si acaso fuera encarcelada.
“Era
horrendo y inhumano. Era peor que la
cárcel” añadió ella.
Fue desastroso,
y nunca lo olvidaré”, dijo ella.
La
investigación de Senador McAleese descubrió que se forzó a las mujeres
de entrar
en las lavanderías de Magdalena a causa de delitos de poca importancia,
como el
robo y el vagabundeo, en vez de delitos importantes como el infanticidio.
A pesar
del estigma de ser conocido como Maggies – un término del argot para
una
prostituta – se mandó allڛ un pequeña número a causa de la prostitución.
En 2011,
El Comité Contra la Tortura del ONU pidió al gobierno irlandés
de
establecer una investigación sobre el tratamiento de mujeres en las
lavanderías.
La
investigación McAleese habló a más de 100 mujeres, y 40% de las mujeres
habían
pasado más de un año encarceladas.
En 2002,
una pelicula, intitulada, Las Hermanas de Magdalena, escrita y dirigida
por Peter
Mullen, fue estrenada, y describió la historia de tres jovenes que fueron
mandadas a
‘las Lavanderías de Magdalena’.
El
director de la pelicula se sintió inspirado a emprender el proyecto porque
las
víctimas nunca habían puesto punto final a su experiencia.
Placa
dedicada a las supervivientes de la Lavandería de Magdalena en
St
Stephen’s Green, Dublin. Entre 1922 y
1996 se mandó una cifra estimada
de 10.000
Hijas
irlandesas a las lavanderías donde fueron obligadas a trabajar sin pago.
Estado
lamentable: Las Hermanas de Magdalena, protagonizando Dorothy Duffy
(segunda
persona detrás de la hermana), Nora-Jane Noone (detrás de ella) y
Anne-Marie
Duff (al fondo) relató la historia horrorosa de tres jovencitas que se puso
en una de
las lavanderías.
Una escena
de Las Hermanas de Magdalena en la cual se humilla una
de las
jovenes delante de una hermana
El
director de la película dijo que se sintió inspirado
a emprender el proyecto
porque las
víctimas nunca habían puesto punto final a su experiencia
UN DIA EN
LA VIDA: SUPERVIVIENTE DE LA LAVANDERIA
RECUERDA
EL REGIMEN SEVERA
En una
entrevista en 2011, para el periódico, Irish Mail, Sarah Williams,
que pasó
dos años trabajando en dos Lavanderías de Magdalena distintas,
dio un
cuento conmovedor de su vida en las instituciones.
Las
jóvenes se levantaban a las 6 de la mañana, las cabezas envueltas
de velos
negros, y se las llevaban a la Misa en el convento frío.
Desayuno
de avena cocida frío y aguado con te y pan, a las 7,
antes de
volver a la capilla para una segunda Misa.
Entonces,
se iba a la lavandería para lavar, cocer, aplastar, secar,
planchar y
plegar. Había un descanso para la sopa
antes de las 6 de la tarde.
A las
7.30, se daba a las hijas, encarceladas en sus células pequeñas,
suministradas
con un cubo y una cama de hierro, otro tazón de sopa,
a menudo
tan fría que se trataba de calentarla sobre los tubos en sus cuartos.
El recreo
consistía en una media hora escuchando la radio después del trabajo.
Se hacía
el trabajo o silenciosamente o mientras cantando los himnos,
o diciendo
el rosario.
Las
noches, las hijas lloraban hasta que durmieran.
Delitos
pequeños, como hacer caso omiso de llevar el sombrero institucional,
o reír, provocarían
una bofetada sobre la cabeza con un manojo pesado
por una
hermana enfadada.
Recuerda
Sarah, “Lloraba cada noche”. “Podía oír
el tráfico sobre
la calle
afuera, y algunas veces subía la ventana con barras de hierro
para
descubrir si pudiera ver la calle.
Teníamos
solamente ejercicio de media hora paseando en el patio afuera.
La
autoridad de las hermanas fue absoluta.
Las hijas tenían que pedir permiso
para ir al
wáter y si una hija no fuera conforme, se la encarceló en su cuarto
con dieta
de pan y agua durante muchos días.
No
trabajábamos los domingos y podíamos escribir cartas que leían después
las
hermanas. Escribía muchísimas veces a mi
tía, pidiendo que ella viniera
para hacerme
salir, pero no creo que recibía mis cartas.
Las
hermanas leían en público las cartas que recibíamos.
Nunca
podíamos obtenerlas.
Una vez
por mes se nos permitía recibir visitantes, pero mis únicos visitantes
eran
mujeres de la Legión de María quienes decían que se me cuidaba muy bien.”
Qué vas a
hacer antes de que sea demasiado tarde?
Documento: La Obediencia es la única vía de evasión